viernes, 17 de junio de 2011

Indignaos pero no resignaos.

Muchos pensaban que después de las elecciones, este movimiento de gente cabreada y sin trabajo, se acababa ¿Y eso? Preguntaba yo, acaso les han resuelto el problema. Hoy estamos peor que hace un mes, sin duda. Vengo observando los movimientos de este movimiento, valga la redundancia, estos últimos días y compruebo que han pasado de la protesta informativa "perroflautera" a la acción directa, tipo Greenpeace . Los que acamparon en la puerta del sol han levado anclas, pero no para irse a sus casas (o a las de los bancos), se han metido en plena vorágine protestante con actos de todo tipo, algunos fuera de tiesto, como quitarle el perro a un diputado ciego, pero tontos hay en todos los pueblos. Otros, como los de esta mañana, en la Junta General del Banco de Santander, y accionistas del propio banco, se han subido al púlpito, con turno de palabra supongo, y se han despachado a gusto poniendo al sector financiero en su sitio, con frases como estas: “Habiendo estado con los ‘indignados’ y habiendo compartido con ellos sus inquietudes, soy consciente del común sentimiento de desprecio que este colectivo y de la ciudadanía tienen hacia la banca en general y el Banco de Santander en particular”...“me causa desazón como padre de familia ver a mi hija y a toda su generación avocados a una forma de esclavismo turbadora e incipiente por el destrozo que ustedes han causado con su aniquiladora y caníbal economía especulativa”...“esta institución financiera, como todas las similares, ha pasado la línea que separa la financiación de la estepa del riesgo moral. La especulación, guiada por los beneficios y el cortoplacismo, ha sembrado la semilla de la injusticia. El grano de ello es la desigualdad, con el que hacer el pan de la indignación”.
Este es el camino.