Ahora que tengo hijos aún maleables y aprovechando que estoy asistiendo a un curso relacionado con la pedagogía en la adolescencia, me llama la atención un tema al que hasta hace poco le prestaba escasa atención: La situación educativa.
Para los que no estén muy familiarizados con este tema existe un informe anual, El informe Pisa, en el que se valora el nivel educativo y en el que España está por debajo de la media, con países como Hungría o Polonia que nos superan, es curioso que a nivel regional algunas comunidades con lenguas vernáculas son las que peor paradas salen, considero que además de las políticas lingüísticas de cada Comunidad, existen algunos otros problemas propios de nuestra juventud actual como son la falta de responsabilidad, la pérdida de valores, el torrente de estímulos a través de los medios de comunicación y otros afines al panorama educativo como son el crecimiento de la inmigración y la distancia entre escuela pública y privada (o concertada) todo ello aderezado por unos políticos ineptos que no dejan que las distintas leyes educativas hagan su recorrido, promulgando unas y derogando otras pensando sólo en sus intereses partidistas y no en los intereses de nuestras generaciones futuras, estos señores están moldeando un mapa educativo que puede pervertir a nuestras futuras generaciones y del que también tenemos culpa los propios padres, ya que muchas veces no sabemos reaccionar y transmitir nuestro valores (el que los tenga).
Es curiosa la publicación por el Juez de menores Emilio Calatayud, titulada "Decálogo para formar un delincuente" donde enumera una relación de errores frecuentes que se deben evitar para no tener un hijo con master en delincuencia:
1.- Comience desde la infancia dando a su hijo todo lo que pida. Así crecerá convencido de que el mundo entero le pertenece.
2.- No se preocupe por su educación ética o espiritual. Espere a que alcance la mayoría para que pueda decidir libremente.
3.- Cuando diga palabrotas, ríaselas. Esto lo animará a hacer cosas más graciosas.
4.- No le regañe ni le diga que está mal algo de lo que hace. Podría crearle complejos de culpabilidad.
5.- Recoja todo lo que deje él tirado: libros, zapatos, ropa, juguetes. Así se acostumbrará a cargar la responsabilidad sobre los demás.
6.- Déjele leer todo lo que caiga en sus manos. Cuide de que sus platos, cubiertos y vasos estén esterilizados, pero no de que su mente se llene de basura.
7.- Riña a menudo con su cónyuge en presencia del niño, así a él no le dolerá demasiado el día en que la familia, quizá por su propia conducta, quede destrozada para siempre.
8.- Déle todo el dinero que quiera gastar. No vaya a sospechar que para disponer del mismo es necesario trabajar.
9.- Satisfaga todos sus deseos, apetitos, comodidades y placeres. El sacrificio y la austeridad podrían producirle frustraciones.
10.-Póngase de su parte en cualquier conflicto que tenga con sus profesores, compañeros y vecinos. Piense que todos ellos tienen prejuicios contra su hijo y que de verdad quieren fastidiarlo.
Quizás algo exagerado en su planteamiento, pero directo al corazón que es de lo que se trata.
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1 comentario:
Tienes toda la razon. Seria demasiado aspirar a que algun dia todos los partidos consideren la educacion como algo estrategico y se llega un PACTO DE ESTADO A 20 AÑOS en lugar de "arrimar la educacion a su cutresardina"
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