Algun familiar o conocido, cuando vuelvo de ruta me preguntan ¿adónde has ido? tú estas loco, ¿lo estoy? seguramente no han experimentado esa sensación de perderte en una montaña que no conocías, pedaleando o andando y descubrir rincones preciosos y lo que esa montaña te dice, compartiéndolo además con amigos o conocidos, donde cada va a su ritmo para llegar a la cima, pararse a esperar a los rezagados y comprobar que pequeños somos y que grande el mundo, sentarse en una piedra para bajar pulsaciones y comer algo, deteniendo la vista en la inmensidad o en cualquier bichillo que quiere comerse tu bocadillo, ponerse las protecciones (el que las lleve) y pegarte un chute de adrenalina bajando a velocidad absurda cada uno según su arrojo (yo soy de los que bajan dejando siempre algo de margen y sacando un pie si la cosa se complica, que a mi no se me caen los anillos y algo torpe soy) porque las bajadas suelen están llenas de ¡¡¡¡ Uys ¡¡¡¡¡ en forma de pedrolos. Las sensaciones son un contraste de esfuerzo y entrega (subiendo), de relax, contemplación y reflexión (arriba descansando) y de orgasmo y subidón (bajando).
Madrugar un domingo para compartir con la naturaleza y los amigos esas sensaciones no tiene precio. Por eso mis domingos se suelen hacer largos: a los que nos gusta el deporte les solemos sacar punta. Mi próximo objetivo es que mis hijos disfruten como yo de lo que la naturaleza nos da y enseñarlos a respetarla.
Este domingo estuve en Onil haciendo una ruta nueva muy entretenida y el domingo pasado en Crevillente bajando el San Cayetano y enlazando con la yegua, la foto es de un paso muy estrecho que existe a media bajada de la yegua.
Happy trails
No hay comentarios:
Publicar un comentario