domingo, 14 de agosto de 2011

Nuestra aventura canadiense (II)




Ya llevamos aquí casi tres semanas, hoy es sábado y la gente está en sus casas; o bien viendo la tele o en el backyard, que es el patio de atras, con alguna barbacoa. La gente no se relaciona mucho, pero es muy respetuosa. El país, en general es caro, lo que pasa es que con el cambio €-CAD salimos ganando, aun así el carro de la compra sale más caro que en España y si comes fuera, además tienes que dejar propina del 15% aprox. Eso sí, los camareros/as son muy simpáticos. Esta semana hemos subido un poco para el Norte, sólo unos 250 kms, no me fío mucho del coche que nos han dejado. Las carreteras son buenas, el firme no es como en España, pero con inviernos tan duros es normal que no sea una alfombra, tiene autovías y unas pocas autopistas de pago. La zona del norte es más salvaje y menos poblada. Los fines de semana la gente de Toronto coge la canoa, la bici y el pick up, aquí todo el mundo tiene al menos dos coches, y se sube a los lagos (Algonquin y Muskoka) a pasar un fin de semana en plena naturaleza. Ayer estuvimos en un lago muy bonito donde había carteles de que se habían visto osos, por suerte nosotros no los vimos, pero esto es gigante y pueden vivir en cualquier parte. Cualquier intento de compartir una jornada en plena naturaleza, normalmente lo tienes que pagar, a no ser que te aventures por cualquier camino, la vegetación es tan espesa que necesitarías un hacha, los trails marcados normalmente pertenecen a grandes Áreas de conservación y tienes que pagar peaje. Por eso no ves casi a nadie caminando o ciclando por ellos. El jueves me quité el mono de bici, alquilé una Norco en un mini bike park y estuve toda la mañana haciendo remontes. Os dejo alguna foto más.

1 comentario:

Pedro García Peral dijo...

Nosotros de vuelta de Londres (solo 5 días, no como otros). Experiencia única, verdad? Todo naturaleza y gente civilizada. Deseando volver a España (ese país de locos donde todo funciona por casualidad?). Aquí os esperamos, no tardéis. Un abrazo de oso