La idea partió de BMW Motorrad, y consistía en cruzar tres días la península desde Alicante a Lisboa, todo por carreteras secundarias y pistas de tierra, y sin apenas experiencia motera me dije: llevando cuidado ¡voy a probar¡. De las casi 300 motos que íbamos yo creo que el menos experto era yo. Eso sí, me sirvió como experiencia y de como curso de conducción sobre la moto, las curvas no se acababan.
Como digo la experiencia fue enriquecedora, motorísticamente hablando, pero también social y culturalmente: he hecho buenos amigos a los que le apasionan las motos y he conocido partes de España ( sobre todo Extremadura) que no conocía y me han sorprendido gratamente. Tras 1.700 kms. recorridos en tres días y por carreteras de todo tipo puedo decir que repetiría. Lo importante en estas aventuras no es llegar a la meta, de hecho yo no lo hice, la meta es el camino y las experiencias que en él vives: comerte en Mérida un secreto ibérico que no se lo saltaba un galgo, descubrir la cantidad de pantanos y lagunas que existen en Extremadura (Embalse de la Serena), rodar detrás de un experto motero deleitándome viendo como "tiraba" la moto en las curvas y sobre todo compartir todo tipo de experiencias con los nuevos compañeros venidos de toda España y que había conocido apenas 24 horas antes.
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